La nubes pasaban ante su ventana día tras días dibujando formas caprichosas. Allá veía un perro, en el otro lado un elefante, por allí venía un dragón...
Los años pasaron pero siempre aparecían esas figuras en el cielo, figuras a las que su imaginación ponía nombre. Ahora las fotografía y las guarda como su mayor tesoro.

1 comentario:
Es una buena afición. Una ventana es como la puerta a otro mundo, donde la imaginación forma figuras, o nombra las que ya existen. Bonito post.
Publicar un comentario